Nuestras innovaciones de alta tecnología aprovechan el poder de la luz solar, transformándola en energía térmica o electricidad con notable eficacia. Desde los reflectores parabólicos que captan la luz solar hasta los tubos receptores que elevan la temperatura, nuestro proceso garantiza un aprovechamiento óptimo de la energía.

La luz solar es captada por reflectores parabólicos, que la concentran en tubos receptores utilizando el mismo principio que para crear fuego con una lupa. Estos tubos calientan el agua o un Fluido de Transferencia Térmica (HTF) alternativo hasta temperaturas de 100 °C (para el agua) o 425 °C a su paso. El HTF calentado resultante se almacena en un acumulador de energía térmica, que funciona como batería del sistema. Este calor almacenado puede utilizarse como energía térmica o convertirse en electricidad a demanda, superando así el problema de intermitencia de las fuentes renovables.

Para convertir el calor en electricidad, el HTF caliente se dirige a través de una caldera, transformando el agua líquida en vapor. Este vapor propulsa una turbina de vapor, que acciona un generador para producir electricidad. Este proceso de conversión refleja el de las centrales eléctricas de carbón, pero empleando tecnologías probadas, pero con energía solar de cero emisiones en lugar de carbón. Combinando estos métodos de probada eficacia con la energía ilimitada del sol, nuestro sistema puede reducir su factura energética hasta en un 70%, al tiempo que funciona con energía totalmente renovable.